Bitcoin volvió a acaparar la atención de los medios y la opinión pública en las últimas dos semanas. Sin embargo, no fue por alcanzar un nuevo máximo histórico sino por todo lo contrario. BTC tocó mínimos mensuales cercanos a los USD 31.000 y, luego de recuperarse por encima de los USD 40K, volvió a retroceder hasta los USD 33K.
Con esta baja del 50% desde el ATH de USD 64.000 de abril, mucha gente empezó a dudar de la criptomoneda, algunos vendieron sus existencias, y desde los medios volvieron los análisis, las especulaciones y la desconfianza en un sistema que, a pesar del derrumbe del último mes, si se lo compara con el mismo mes del año pasado, mantiene un crecimiento si precedentes ni comparación con otro activo: en mayo de 2020 BTC cotizaba en torno a los USD 9.000. Hoy, la principal criptomoneda cotiza por encima de los USD 32.000.
A pesar de estos números, bitcoin pasó de ser el activo de moda a casi ser una mala palabra y motivo de burlas y memes. ¿Qué pasó en el medio? Desde los tuits de Elon Musk que argumentaban, de manera errónea, que Tesla no aceptaría más BTC en parte de pago por el consumo de energía de la criptominería, a las prohibiciones de la China y las liquidaciones millonarias, el precio de bitcoin vivió algunos de sus días más volátiles.
Al respecto, Marion Laboure, analista de Deutsche Bank en Londres, expresó esta semana que Bitcoin todavía está luchando por asegurar su lugar como una clase de activo oficial y que si bien la moneda ha avanzado considerablemente en los últimos años, muchas personas la siguen considerando puramente como una herramienta especulativa y no ha logrado ganar tanta tracción como podrían pensar los operadores: “Las transacciones de Bitcoin y su comerciabilidad aún son limitadas. El verdadero debate es si el aumento de las valoraciones por sí solo puede ser razón suficiente para que bitcoin se convierta en una clase de activo, o si su falta de liquidez es un obstáculo”.
Laboure explicó que debido a la comerciabilidad limitada de bitcoin, se espera que siga siendo ultravolátil. Es por eso que unas pocas compras importantes o salidas del mercado adicionales podrían afectar significativamente el equilibrio de la oferta y la demanda y por ende el precio de bitcoin.
Según Laboure, bitcoin, que inicialmente fue diseñado para servir como método de pago, no ha logrado imponerse para comprar bienes y servicios. De lo contrario, es puramente especulativo, lo que significa que la gente solo lo compra pensando que podría hacerlos ricos.
La economista finalizó su argumento proyectando que el precio de Bitcoin seguirá subiendo y bajando dependiendo de lo que la gente crea que vale. A esto a veces se le llama el “efecto Tinkerbell”, un término económico reconocido basado en la afirmación de Peter Pan de que Tinkerbell existía simplemente porque los niños creían que ella existía.
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